
Full text loading...
The relatively late emergence of an electorally successful far-right party in Spain (Vox) confounded observers who had long assumed that the country’s recent experience with dictatorship had rendered it immune to the temptations of right-wing populism. Yet a closer analysis of the nature and evolution of the Spanish Right reveals that the absence of a far-right party should not have been read as an absence of far-right sentiments. For these, the Partido Popular, which identifies itself as centre right but has never identified as anti-fascist, long provided a welcome home. The fact that it continues to do so to this day shapes its relationship to Vox and sets it apart from most of its counterparts in Western Europe.
ResumenLa emergencia relativamente tardía en España de un partido político de extrema derecha electoralmente exitoso (Vox) ha mistificado a numerosos observadores que asumieron por mucho tiempo que la experiencia dictatorial que tuvo el país en la segunda mitad del siglo XX le había conferido cierta inmunidad ante las tentaciones del populismo de derechas. Sin embargo, un análisis más cuidadoso de la naturaleza y la evolución de las derechas en España revela que la ausencia de un partido de extrema derecha no debería haberse leído necesariamente como indicadora de una ausencia de sentimientos de extrema derecha. La verdad es que durante mucho tiempo, estos sentimientos han encontrado cobijo en el Partido Popular, que se autoidentifica como centroderecha pero nunca se ha identificado como antifascista. El hecho de que el PP siga dando ese cobijo hoy es un factor determinante para comprender la relación entre el PP y Vox y distingue al PP de sus homólogos en Europa occidental.